Atenea es la diosa griega de la guerra que es conocida por ser una figura imperturbable que acompaña a los guerreros y los lleva a la victoria. Es una diosa que ni siquiera Ares pudo derrotar y que se mantuvo como protectora de los suyos a través de distintas épocas según los distintos escritos.
La misma figura cobra vida en un grito desesperado en defensa de un vecindario que lucha en contra de un rival poderoso. Un grito de guerra que desborda las calles y que unifica a todos los luchadores bajo una misma bandera: la justicia.
Atenea es una cinta francesa dirigida por Romain Gavras que nos trae una oda a la violencia en una historia intensa que no da respiro. Nos presenta un evento único visto desde la perspectiva de 3 hermanos que lideran 3 facciones distintas: un soldado condecorado, un narcotraficante y un líder comunitario.
Todo parte con la muerte de un niño de 13 años, presuntamente, a manos de policías que lo golpearon sin piedad. Su hermano, Karim, inicia una revuelta social en donde exigen los nombres de los culpables mientras Abdel, soldado y otro de los hermanos, se une a la petición de las fuerzas policiacas que piden calma para que la justicia civil se haga cargo del hecho.
El centro de los enfrentamientos es en el barrio francés Atenea, en donde los jóvenes han montado una resistencia que obliga a los residentes a huir de sus casas a causa del temor. La policía intenta ingresar a la zona para detener a los causantes de los disturbios y se inicia un enfrentamiento que se extiende a lo largo de la película.
“Hablan mucho de seguridad. Les vamos a mostrar lo que es a inseguridad”
Atenea es un filme que se graba mediante una serie de planos secuencia que nos permiten ver los hechos desde la mirada directa de los hermanos que sirven como eje de la trama.
La obra se abre con un plano espectacular de 11 minutos de duración que nos transporta de un lugar a otro visitando las 2 locaciones más importantes de la película. Se dice fácil, pero crear una escena única de tal magnitud, con hechos de violencia y la participación de cientos de extras es algo que hay que ver y disfrutar.
El aspecto técnico de la película es digno de admirar. Las actuaciones, la música, los escenarios y la cámara. Todo suma en la creación de un ambiente épico que nos lleva al asedio a una fortaleza en tiempos modernos.
No se pierde el tiempo es escenas innecesarias y la trama avanza rápidamente en lo que es un solo enfrentamiento. Aun así, y pese a toda la velocidad, los personajes logran tener una buena base y se el espectador puede conectarse con ellos en un desarrollo de trama que es cada vez más intenso.
La puesta en escena es impresionante. Cada momento es una fotografía y cada secuencia nos acerca al centro de mando de cada tropa. Lo que permite que se puedan apreciar las distintas estrategias y temores de quienes están inmersos en la batalla como si fuera uno mismo el que estuviera presente en la pelea, lo que agrega un contenido distinto que no suele verse a menudo.
Se puede decir que es una película que usa la lucha social como un pilar, pero la verdad es que no busca reivindicar nada. Menciona la diferencia de clases y el cómo gente de escasos recursos sufre los abusos de la ley, pero el foco no está puesto en la muerte del niño que detonó todo el enfrentamiento, la atención está puesta en la dualidad de los hermanos y en cómo van reaccionando ante la misma pelea.
¿A quiénes apoyar y a quiénes culpar? En la cinta se alimenta la segregación y el sentido de pertenencia en un grupo. Todos se paran junto al líder de su facción y lo siguen pese a todas las consecuencias que esto conlleva. Es la defensa de los suyos y el ataque a los que no pertenecen al mismo bando.
Es una tragedia que impacta, que pega fuerte y que en ocasiones agobia. Se comprende la postura de cada hermano y eso es lo que lo hace aún más desgarrador; el hecho de que hay un cariño y amor natural entre ellos que es eclipsado por la firmeza de sus convicciones que los impulsa a enfrentarse entre familiares.
Tomando en cuenta los distintos elementos y el cómo están recreados, se puede decir que todo es una gran y bella obra de teatro, pero que no está exenta de debilidades.
La trama avanza con seguridad hasta que ocurre un hecho que pareciera ser sacado de otra cinta. Un giro que aparece tan de la nada que amenaza todo lo positivo del filme, pero que termina adaptándose a lo que ya se había hecho y logra quedar bien. Aunque no deja de sentirse como un giro que se hizo solo para tener un final fuerte más que uno que tuviera sentido.
Aun así no deja de ser una película que asombra por sus secuencias y acción. Una película que no necesita de castillos ni ejércitos masivos para verse completamente imponente. Una película que no busca una solución a una lucha social, pero que grafica la ira que genera. Una película que hay que ver.