Ya está aquí el momento que los fanáticos de los titanes habían estado esperando. La primera parte del final (ahora sí) de Attack on Titan que culminará una historia que en abril cumple 10 años desde la emisión de su primer episodio. Una historia que ha pasado por tropiezos y sorpresas, pero que nunca ha dejado de sorprender.
Han sido años turbulentos para este anime. Desde el abandono de Wit Studio, pasando por los problemas laborales y de calendario de MAPPA, hasta llegar a las críticas al mismísimo Hajime Isayama causadas por el polémico final de su obra, en donde incluso pidió disculpas entre lágrimas.
Pero nada de eso importa una vez que hacemos click en el reproductor y nos adentramos en la batalla final por la libertad. Genocidio o exterminio de su pueblo, esas son las opciones que maneja Eren y la decisión, pese a ser difícil, parece obvia en la mente del protagonista: debe aniquilar a todo el mundo fuera de las murallas de Isla Paradis para asegurar el buen vivir de sus seres queridos.
Partimos este primera parte justo donde quedamos al final de la última temporada, con los miembros restantes de la Legión de Reconocimiento preparando un avión para viajar al encuentro del Titán de Ataque que lidera la embestida de titanes colosales alrededor del mundo. La misión sigue siendo la misma, detener a Eren y apostar todo al diálogo con los sobrevivientes de la masacre para que tanto Paradis como el resto del planeta puedan estar en paz, aunque nada de lo ocurrido hace presagiar que eso pueda ser posible.
Es una primera parte cargada con emociones en donde nos muestran el sentir de los personajes que están envueltos en esta pelea. Hay sensaciones de nostalgia y arrepentimiento entre los soldados de Marley que ahora luchan junto a la Legión de Reconocimiento, lamentos y tristeza por parte de Armin, Mikasa y compañía que viven con el remordimiento de haber matado amigos y compañeros en pos de lo que ellos consideran justo. Es una guerra en dónde no hay bandos ganadores y en donde los enfrentamientos solo han dejado pérdidas, dudas y dolor. Lo que cambia es que finalmente están asimilando todo lo que han hecho y, paradójicamente, eso hace que tanto marleyanos y eldianos sean iguales a la hora de enfrentar el desafío de detener a Eren.
Sin embargo lo que más destaca son los propios pensamientos de Eren que podemos identificar al comienzo de este especial. Se puede apreciar que no es el asesino a sangre fría al que todos apuntan, es solo que debe vivir con los recuerdos de un futuro en donde él es el genocida más grande de la historia. Siente pena y culpabilidad, pero no puede hacer nada para evitar lo que va a ocurrir. Ha visto el desenlace de la guerra y sabe qué ocurrirá si actúa de otra forma. En la búsqueda por la libertad, Eren es solo un esclavo más y su Titán de Ataque es la prisión que lo mantiene cautivo.
En un aspecto técnico, fue uno de los episodios mejor producidos por parte de MAPPA. Una fotografía que simula a la perfección los paneles dibujados por Isayama en el manga, una animación que puede haber llegado a su punto más alto y una pelea que nos hizo recordar las secuencias animadas por Wit (aunque este último sigue siendo superior) en la lucha contra los titanes.
Se crea una sensación de emergencia que tiene sentido con la trama. Cada vez que se siente el temblar causado por las pisadas de los titanes es una señal de alerta para escapar y nada más.
Enfrentarse a una manada de titanes colosales es imposible, es una muerte segura y el hecho de ver cómo la humanidad intenta detener tal calamidad es agobiante ya que no hay cómo vencerlos y no hay dónde escapar. Es el trabajo de un demonio que se acerca como un mensajero del infierno a tomar venganza por años de maltrato.
Si hay algo que queda un poco al debe es la música. Calza en los momentos que se hace presente, pero no agrega ese toque épico que uno podría imaginar de antemano. Se acerca más a la banda sonora de un opening y no ayuda mucho a imaginar el contexto apocalíptico por el que se está pasando.
Tampoco ayuda mucho el que MAPPA haya decidido obviar algunos de los paneles que ponen el contexto en la situación. Sabemos que El Retumbar afecta a todo el mundo, pero solo vemos unas pocas personas huyendo de Liberio y otros que buscan una vía de escape. Distinto a cómo Isayama plantea una invasión de titanes que lo aniquilan todo, como en este ejemplo, el que no es el más crudo ni alarmante del manga, pero que sirve para hacernos una idea de lo que significa tal ataque.
En términos de adaptación, este episodio animó los hechos que ocurren entre el capítulo 131 y 134 del manga, dejando solo 5, del 135 a 139, por animar. Por lo que es certero asegurar que la segunda parte, a estrenarse entre octubre y diciembre de este año, será el final definitivo de la saga.
Esperemos que sea un final que, pese a las polémicas, sea uno acorde a la obra que significa Attack on Titan. Una historia que pisoteó todos los rankings y que se catapultó a lo más alto en los listados de anime.