Todo lo que crea DC parece ser un caos. Se vieron amenazados por los distintos proyectos de Marvel y el MCU y decidieron hacer un universo propio trayendo a los personajes más épicos de sus historias en una sola saga que los uniría a todos, pero no funcionó.
Batman v Superman, Liga de la Justicia, Escuadrón Suicida, son muchos los ejemplos de reinicio de universo. Todo en un intento de crear algo que pueda ramificarse en otros proyectos a lo largo de los años y que incluso ya tiene películas y series que pueden sostenerse de manera individual, pero que no logran conectarse con sus pares, principalmente por problemas ajenos al DCEU.
A los estudios de DC les urge encontrar el próximo héroe que pueda recuperar la confianza de los fanáticos para sostener la franquicia en el futuro. Algo que otras sagas han intentado con bastante éxito.
Rápido y Furioso necesitaba de un nuevo nombre para elevar la acción a otro nivel y llamaron a La Roca. Jumanji quería un regreso glorioso después del éxito de su primera película y contactaron a La Roca para que tomara el protagonismo y, por supuesto, si DC necesitaba una persona que pudiera poner la primera piedra en su nuevo proyecto debía ser La Roca.
Teth Adam
Black Adam es la nueva entrega de DC Films que ahonda en los inicios de uno de los antihéroes más populares de sus revistas de comics; el archienemigo de Shazam y uno de los humanos más fuertes del mundo.
La cinta menciona los orígenes de Teth Adam (nombre que le es dado a este superhumano) desde que era un joven esclavo en el país ficticio de Kahndaq, siendo sometido por la voluntad de un rey corrupto, hasta que recibe los poderes que usa para liberar a su pueblo del yugo de su emperador.
La lucha en contra del rey Ahk-Ton significó un desastre mayor para todo Kahndaq y Teth Adam desapareció de la faz de la tierra para posteriormente ser dado por muerto en los libros de historia.
El tiempo avanzó, llegamos a tiempos modernos y Kahndaq sigue siendo oprimida. Esta vez, por parte de la Intergang que explota los recursos naturales del país al mismo tiempo en que controla a los habitantes como si fueran sus servidores. Es momento del regreso de Teth Adam.
DC Films tenía la elección de varios caminos que seguir para elaborar la trama de Black Adam. Podían usar su característica seriedad y oscuridad como en Batman v Superman, las bromas y situaciones altamente ridículas que se pueden ver en Escuadrón Suicida o un blockbuster más amigable como en ¡Shazam! Opción que utilizaron tomando en cuenta un futuro enfrentamiento contra Billy Batson que de seguro ocurrirá.
Dwayne Johnson nunca se ha caracterizado por ser un gran actor, pero nunca ha tenido que serlo. Sus trabajos siempre ponen enfoque en las escenas de acción que esta mole humana puede realizar y esta no es la excepción a la regla.
La película destaca por sus escenas de violencia y la agresividad que pone en cada secuencia. No hay miedo a la censura (tampoco van mucho más allá) y utilizan los distintos enemigos para ir cambiando de escena sin necesidad de elaborar un guion que vaya mucho más allá de un “me atacaste, ahora te toca morir”.
Black Adam es un personaje que sirve como villano y antihéroe debido a sus motivaciones y esa forma de pensar se mantiene. Es el protector de Kahndaq que hará lo que sea necesario para acabar con las amenazas. ¿Un enemigo interplanetario quiere destruir el mundo? Ahí te ves, a Black Adam no le importa si es que no hay una motivación aparte para luchar.
Eso nos aleja de la visión del superhéroe que defiende a todo inocente en una búsqueda incesante por mantener la paz y ese choque de personalidad se puede ver dentro de la película.
Teth Adam no es el único superhombre en el filme. También podemos identificar a los miembros de la Sociedad de la Justicia (Liga de la Justicia, pero un escalón más abajo) entre los que aparecen Hawkman (Aldis Hodge), Cyclone (Quintessa Swindell), Atom Smasher (Noah Centineo) y el carismático Dr. Fate (Pierce Brosnan) como la voz de la sabiduría en una trama que se centra en los puños más que en dilemas éticos.
Este grupo aparece como mediador en búsqueda de la paz en Kahndaq, pero no tiene el mismo pensamiento que su protector natural, por lo que el conflicto es inminente y le agrega el detalle extra de que se entiende y comprende la razón por la cuál se mueve cada miembro.
Cada conversación apunta a una pelea y es lo que mantiene un desarrollo dinámico que se puede disfrutar durante las 2 horas de duración de la película. Es un filme de DC, con tintes cómicos, que podría verse como una vuelta a los orígenes para no arriesgarse en una trama profunda que falle en enganchar (como pasó en la vereda de enfrente con Venom, otro antihéroe).
Pero también se puede tomar de otra forma. Como una película que se enfoca en la violencia por miedo a que se le tome más atención a su trama y personajes. Y esa afirmación es bastante acertada.
Si vamos a la base del filme podemos ver que la trama es muy débil. Los civiles que despiertan a Teth Adam son perseguidos por la Intergang, pero no se explica completamente cuál es la razón de esto. Intergang extrae recursos naturales de Kahndaq por un motivo en específico, el que no se menciona en la cinta. Hay personajes que son un “comic relief” que no cumplen ninguna función y las actuaciones (salvo la del capo de Pierce Brosnan) no tienen mayor gracia y son completamente olvidables.
Del villano principal no hablo porque ni la misma cinta se preocupa de hacerlo. Nadie lo toma en cuenta y yo no lo haré.
De hecho, pareciera que el mismo director, Jaume Collet-Serra, se percató de este último punto y le dio menos tiempo a los diálogos para no aburrir con escenas que no aportan en nada. Gracias por eso, si es que esa era la intención.
Todos esos detalles hacen pensar que esta película es más que nada una base para lanzar (nuevamente) una saga que pueda conectar a los héroes de DC. Que una a los distintos personajes en una historia que empezará a hilar los puntos en futuras entregas. Algo que se hace aún más claro luego de ver la escena post-créditos.
En resumen, Black Adam es una buena película de acción que no busca ser un proyecto filosófico que ponga en duda la ética de sus protagonistas. Es un enfoque más comic y menos novela. Un trabajo que no va a pasar a los libros de historias más que como el estreno de La Roca en el mundo cinematográfico de superhéroes, pero que sí puede ayudar a darle impulso al eternamente vapuleado universo de DC. Esta vez, sin actores que pongan en riesgo la integridad del estudio.