Presentada por primera vez hace 11 años en “Iron Man 2”, Black Widow se convirtió rápidamente en una figura potente y querida por la fanaticada del MCU. El personaje que interpreta Scarlett Johansson tuvo que lidiar durante años con el hecho de ser la única superheroína de este universo cinematográfico, y la personificación en pantalla fue modificándose bastante durante los años: desde una espía bastante cosificada en las primeras entregas, a una de las líderes indiscutibles de Los Vengadores, tanto dentro como fuera de la pantalla.
Por lo mismo, una película individual sobre Black Widow era una deuda pendiente de Marvel desde hace muchos años, bastante inentendible por lo demás, dada la popularidad del personaje tanto en los comics como en el cine. Y ahora, luego de ver el resultado, da incluso más rabia, porque nos queda una sensación de que faltó mucho por contar sobre la vida de Natasha Romanoff.
Dirigida por Cate Shortland, “Black Widow” se ubica temporalmente justo después de los acontecimientos de “Civil War”, con Natasha huyendo del Gobierno norteamericano luego de violar los Acuerdos de Socovia al ayudar al Capitán América a escapar. Al ser atacada sorpresivamente por una fuerza desconocida, Black Widow deberá unir fuerzas con su antigua “familia”, para desbaratar los planes del villano soviético que le arrebató su infancia para convertirla en una máquina asesina.

(L-R):Taskmaster and Black Widow/Natasha Romanoff (Scarlett Johansson) in Marvel Studios’ BLACK WIDOW, in theaters and on Disney+ with Premier Access. Photo courtesy of Marvel Studios. ©Marvel Studios 2021. All Rights Reserved.
De entrada algo positivo es que Marvel se tomó esta historia bastante en serio y desde el inicio podemos notar que el tono es ligeramente más oscuro que en otras entregas del MCU. Si bien la formula diseñada por el productor Kevin Feige está presente, el tono narrativo de “Black Widow” es más cercano a lo que pudimos ver en “El Soldado del Invierno”, al enfrentar a la heroína con los fantasmas de su pasado y viejas alianzas que resurgen ante el apuro. Esta atmósfera de espías ayuda a que la película se sienta única, aterrizada, simple, alejándose de esa sensación grandilocuente que suele tener el universo Marvel.
Sin embargo, lo que lleva a “Black Widow” al éxito es la química entre Natasha Romanoff y Yelena Belova, interpretada magistralmente por Florence Pugh, una de las mejores actrices de su generación. La relación entre ambas es compleja, cargada de resentimientos y deudas pendientes, pero logra vendernos esta sensación de real compañerismo entre ambas, lo que es útil para que nos importe lo que está pasando, aunque algo triste al recordar que no volveremos a ver a esta dupla en pantalla. Eso sí, está más que claro que Yelena es el futuro, a quien seguiremos en las próximas entregas, y como presentación de personaje esta cinta triunfa plenamente.
Como en toda película de Marvel, la acción es un punto clave y necesita ser desmenuzado. El estándar de calidad en este aspecto es altísimo, principalmente por lo que han hecho los hermanos Russo en otras entregas. “Black Widow” posee escenas de acción de gran nivel, particularmente la secuencia inicial, y un par de enfrentamientos que no tienen nada que envidiarle a otras cintas de estas características. Lamentablemente, no hay nada inolvidable en esta película en cuanto a lo técnico, careciendo de una personalidad única en lo que acción se refiere. Los enfrentamientos 1vs1 están bien, son funcionales y permiten que nuestras heroínas se luzcan, pero insistimos, nada que no hayamos visto anteriormente.

Scarlett Johansson as Black Widow/Natasha Romanoff and Florence Pugh as Yelena in Marvel Studios’ BLACK WIDOW. Photo by Jay Maidment. ©Marvel Studios 2020. All Rights Reserved.
Y bueno, no podemos dejar de mencionar un aspecto fundamental de la película, que en los tiempos que corren resulta más importante que nunca. Sí, el villano de “Black Widow” es un misógino que controla mujeres para su propio beneficio, sin importante en lo absoluto el daño que esto pueda provocar en sus vidas. Los paralelos con los escándalos de la industria Hollywoodense y la trama son claros, y la película no tiene intención alguna en ocultarlos. Sin embargo, debemos señalar que el claro mensaje de sororidad y resiliencia femenina está ejecutado en pantalla de una forma muy humana, sin perder nunca de vista la historia y la relación entre los personajes. Esto permite que el mismo mensaje nos llegue de una manera creíble, sin panfletos ni caricaturas, resultando totalmente efectivo y necesario. La misma Scarlett Johansson, en entrevistas recientes, señaló que esta película habría sido totalmente diferente hace 10 años, y entendemos exactamente a lo que se refiere.
Quizás el aspecto más débil de la película sean sus personajes secundarios, interpretados por David Harbour y Rachel Weisz. En ningún caso es que no funcionen, de hecho Harbour entrega una excelente interpretación repleta de comedia de un agente ruso fortachón totalmente frustrado, y Weisz, como siempre, no deja dudas de su capacidad actoral. Los problemas provienen más bien desde el guion, que destina muy poco para hacer en pantalla a ambos personajes, desaprovechando el potencial de una actriz y un actor que tenían muchísimo más para ofrecer. Aunque, claro está, puede que no haya sido la última vez que les veamos en el MCU.
Como película de Marvel, aunque más tarde lo que nos gustaría, “Black Widow” está totalmente a la altura de otras buenas películas de este universo, y quizás es una de las mejores individuales en bastante rato. Pero claro, es inevitable sentir que esto daba para mucho más, y es una pena que no podamos ver más de Natasha Romanoff, que tenía mucho más para ofrecer que otros personajes Marvel que ya tienen más de dos películas (a ti te hablo, Ant Man). Al menos tenemos a Florence Pugh para rato, y las sensaciones que deja ese futuro son más que positivas.