Juego Perfecto: una partida de poker completamente irrelevante

Juego Perfecto, o Poker Face en su nombre original, es el nuevo thriller protagonizado, escrito y dirigido por Russell Crowe en donde, por razones obvias, todo gira en torno a él y a la fascinación  de su personaje por los juegos de naipes.

La película cuenta la vida de Jake Foley, un apostador profesional que se ganó una vida de lujos gracias a sus habilidades con el póker y a un negocio en dónde, junto a su mejor amigo, Drew, crearon un sistema de recolección de datos que puede ser utilizado con fines militares. Esta es también la razón por la cual se entera de los secretos de sus cercanos.

Foley solía competir en juegos de cartas con sus amigos de infancia y busca honrar esa costumbre invitando a sus antiguos camaradas a un juego en dónde busca exponer los secretos de cada uno. Secretos que pueden o no ser parte de algún conflicto en la vida de Jake, razón que lo obliga a realizar este evento para que cada uno de los participantes abandone su careta y hable con la verdad.

Para ello tendrá la ayuda de su abogado, su mejor amigo, una droga alucinógena y una crupier que será la moderadora de un juego. Todo muy correcto para una noche de póker con viejos camaradas que será la raíz de más de un conflicto entre los participantes.

Texas Hold’em

La película basa su desarrollo en el juego del póker y es la razón que justifica la relación de amistad del grupo de amigos. Pero no solo eso. Todo el filme parece ser una partida de póker en donde cada uno tiene una mano que no quiere revelar al rival mientras se juega sus fichas con la intención de salir victorioso.

Se puede sentir la tensión que rodea al personaje de Jake y los nervios que genera en los demás. Esto se puede entender como una extensión de lo que sucede sobre una mesa de juegos y más todavía si el rival es un hombre con un control natural sobre las probabilidades.

Miradas, conversaciones, muecas. Todo lo que se presenta en la cinta se puede comparar a la situación que plantea el mismo póker. En donde lo importante es mantener una cabeza fría y golpear cuando es debido.

El desarrollo de la cinta es ágil y sorprendentemente presenta una serie de aristas que mantienen la atención en la pantalla pese a que la premisa es la de un simple juego entre amigos. Lamentablemente, esas aristas no llegan a brillar como uno lo podría pensar.

 

El que mucho abarca…

Tal como lo sería en el juego, Crowe quiso apostar todo lo que tiene en un “all-in” que involucra una serie de subtramas con la intensión de que estas puedan crear un clímax digno del cine, pero su mano claramente no era la mejor.

La promoción de la película tiene a Liam Hemsworth y a Elsa Pataky como las personas que deberían compartir la importancia del filme junto a Crowe, pero esto bien podría calificarse como publicidad engañosa ya que apenas tienen participación dentro de proyecto.

Como temas de la película tenemos el juego en sí mismo, el dinero de Jake, una supuesta infidelidad, un robo, secretos militares, secretos familiares, venganza, entre un gran etcétera que puede ser parte de un guion fabuloso, pero que falla en todo sentido al no lograr que ninguno de estos temas importe.

Es más, situaciones que perfectamente podrían significar un giro dramático se transforman en apenas un párrafo en medio de un diálogo que pasa a otra conversación casi de inmediato.

Busca conectar los problemas personales de Jake con la poca confianza que tiene en sus amigos, pero muchos de estos problemas ni siquiera involucran al mismo Jake. El cuál parece ser más un acosador que la supuesta víctima de todo el asunto.

Uno espera que las distintas subtramas puedan cruzarse entre sí para explotar en algo más, pero nada de eso ocurre y se llega a la conclusión de que todas estas tramas no tienen la intensión de ser el motor dramático de la película, sino que son la forma de “enumerar” a los personajes para que dejen de ser desconocidos y que el espectador pueda identificarlos fácilmente. 

Esta teoría va de la mano con que apenas se menciona el nombre de los involucrados. Es más, es al final de la cinta cuando uno puede identificar quién es quién y solo debido al secreto que fue revelado. Ni hablar de personalidades ni objetivos, nada de eso importa y los personajes secundarios parecen apenas unos extras.

Y si hablamos de invitación hay que decir que la película es un gran “bluf” que engaña con su título y las bases que se sentaron como impulsoras de la trama.

Vayamos al punto: tienes a los invitados, los objetos para las apuestas, los secretos de cada uno y básicamente todas las cartas sobre la mesa. Es momento de que estalle el juego de póker más emocionante en la historia del cine ¿no?

Uno pensaría que una película que basa su estructura en el póker se mantenga fiel a este, pero la verdad es que casi no se ve movimiento de cartas y el juego en sí dura solo unos minutos. 

¿Ocurrió algo que aleja la atención de los jugadores y los enfoca en algo más? No. Simplemente se decidió que el juego de vital importancia que estaban llevando a cabo ya no era tan importante como tomar una copa de vino con unos viejos amigos.

Es como si en Harry Potter hubieran abandonado completamente el tema de la magia para centrarse en el romance dentro de Hogwarts. No se entiende.

Los secretos que se mencionan, sinceramente, no son tan graves, las situaciones no eran tan catastróficas y lo único alarmante de la estadía en la casa de Jake es causal de algo que perfectamente podría haberse controlado desde el principio.

Se alcanza un punto en donde, pese a que se perdió el sentido principal de la historia, sí se llega a un clímax que promete ser interesante. Pero la película finaliza justo en ese momento y la emoción de la cinta se va al tacho de la basura. 

La cámara y los sets donde se graba la película son atractivos y ayudan a crear el ambiente de millonario en conflicto. Pero molesta, y mucho, que toda la información que se introdujo y se trabajó durante 50 minutos de filme haya sido abandonada para dar paso a la versión adulta de Home Alone.

En resumen, Juego Perfecto es una vil mentira a su nombre que difícilmente podremos ver mucho tiempo en carteleras, pero sí en las pantallas de un bus interurbano. 

Juego Perfecto (2022)

Russel Crowe

1.5/5

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