Debora Cahn vuelve a la carga como creadora, escritora y productora ejecutiva de otro drama político que llega a remecer Netflix, La Diplomática. La mente que se encargó de escribir episodios para Homeland, The West Wing y Grey’s Anátomy hace uso de las experiencias en trabajos previos y las asimila para generar un producto que pueda llenar el paladar del más exigente.
La Diplomática gira en torno al personaje de Kate Wyler (Keri Russell), una diplomática estadounidense que se preparaba para trabajar como mediadora de su país en el conflicto talibán en Afganistán. Un atentado a un buque de guerra británico obliga a la Casa Blanca a cambiar los planes y Kate es nombrada Embajadora en el Reino Unido para intentar solucionar un problema que puede escalar a niveles globales si es desatendido.
Poco sabe que el movimiento de dejarla como embajadora es un plan de la propia presidencia de los Estados Unidos que necesita que Kate sea la figura pública que solucione todo. Adicional a eso, Kate debe solucionar el problema que conlleva el ser la esposa de Hal Wyler (Rufus Sewell), un ex embajador que parece seguir controlando el mundo desde las sombras y que está decidido a proteger su matrimonio pese a que Kate busca el divorcio.
El comienzo puede ser algo agobiante. El baile de términos y situaciones políticas internacionales golpean de tal manera en que cuesta seguir el hilo de los eventos. Pero a partir del segundo episodio, ya cuando se establecen las bases de la trama, la serie toma un vuelo que no se detiene hasta el octavo y último capítulo de la primera temporada.
Es una serie que basa su guion en temas políticos y en la lucha de poderes que se presentan en forma de un tira y afloja en dónde una sola fotografía en público puede desencadenar un desastre nacional. He ahí la necesidad de una diplomática como Kate para evitar alguna catástrofe.
Es un proyecto que busca acercar temas de actualidad a un público que ya tiene un mínimo conocimiento de lo que está ocurriendo. Por ejemplo, uno de los pilares de la trama es la cuestión política sobre castigos y apoyos que giran en torno a la guerra entre Rusia y Ucrania.
No es que hagan un informe explicando lo que se ve en los noticiarios, sino que usan esta información como un tope para fijar los márgenes los de la historia, en donde el conflicto de la serie se desarrolla con total libertad dentro de ese escenario. También se puede identificar cómo los eventos que suceden pueden llegar a afectar a la situación real entre países, lo que le agrega una sensación de urgencia a lo que se discute.
Se ve un juego interesante en dónde la diplomacia pasa de ser solo conversaciones entre 4 paredes a ser, prácticamente, una operación de fuerzas especiales en donde cualquier frase dicha en un momento erróneo puede gatillar una guerra. También destaca el que haya actos de espionaje o de inteligencia policiaca en dónde sale a relucir una narrativa tipo James Bond. Esto normalmente se vería como algo extraño o ajeno al proyecto ya que va en contra de lo que se plantea en un principio, pero ocurre lo contrario. Sirve como enganche para agregar una arista adicional y eleva la importancia de lo que está pasando, además de hacerlo mucho más atractivo a la vista tomando en cuenta que casi todo se trabaja en diálogos políticos.
La Diplomática es una oda a las “power couple”. Una serie que pone énfasis en todo lo que puede lograr una pareja que se complemente a nivel profesional. De hecho, los conflictos sentimentales que se presentan son derivados de los problemas que enfrentan en sus empleos, lo que sirve para fusionar la urgencia laboral con la emergencia de hacer funcionar una relación en tales condiciones. Y si de parejas hablamos, hay que destacar la gran labor del dúo de co-protagonistas que son Kate y Hal. La escena toma vida cada vez que aparecen en pantalla y el espectador sabe que siempre hay una intención cada vez que se asoman. En especial Hal, que es interpretado por un Rufus Sewell que parece perfecto para el papel. Es un personaje atractivo que provoca intriga con sus acciones al mismo tiempo en que muestra un carisma que se roba las miradas, una contraparte de peso para rivalizar con Kate.
Al final del día la pregunta es ¿qué es lo mejor para el país? Usar los talentos de una persona para que se desempeñe de la mejor forma en lo que desea, o usar esas mismas cualidades para solucionar un conflicto ajeno a sus gustos personales. Son muchos los puestos que hay que ocupar y la gente que quiere esa posición no siempre es la adecuada para el trabajo. Es entonces cuando debes enviar a un experto a elaborar el diálogo necesario para combatir cualquier conflicto, una diplomática.