Mike Flanagan estuvo durante muchos años invicto a la hora de presentar producciones del género del terror, que con muy poco logran entregar siempre algo nuevo, con especial dedicación a los personajes y un profundo respeto a su audiencia. “Oculus”, “Hush” o “Ouija: El origen del Mal”, fueron los títulos con los que comenzó a dar que hablar y luego la consagración llegaría con “The Haunting of Hill House”, su mejor trabajo a la fecha. Luego vino un gran tropezón con “Doctor Sleep”, que no logró convencer a nadie, y la continuación de la serie The Haunting con “Bly Manor”, que recibió críticas mixtas. Por lo mismo, es tan emocionante ver que en “Midnight Mass”, Flanagan vuelve a encontrar el rumbo, entregando una obra compleja, delirante, y enfocada en uno de los tipos de horrores más difíciles de ver.
La serie comienza siguiendo al personaje de Riley Flynn, un joven emprendedor que pasa un par de años en prisión tras asesinar a una joven mujer mientras conducía ebrio. Al salir de la cárcel, se ve obligado a volver a Crockett Island, su pueblo natal que ha sido severamente golpeado por el desempleo que provocó un derrame de petróleo en la bahía. Sin embargo, no es el único que alterara las cosas en esta remota locación, ya que la llegada del nuevo cura de la parroquia local, el padre Paul, despertará una oleada de fe en las y los lugareños, fe que rápidamente se irá transformando en fanatismo.

MIDNIGHT MASS (L to R) ANNARAH CYMONE as LEEZA SCARBOROUGH and HAMISH LINKLATER as FATHER PAUL in episode 102 of MIDNIGHT MASS Cr. COURTESY OF NETFLIX © 2021
A diferencia de otros contenidos creados por Flanagan, “Midnight Mass” posee una narrativa lenta, que se enfoca en un desarrollo paulatino de los personajes y que no tiene miedo de recurrir a largas secuencias de diálogos densos, cargados de simbolismo y backstory. Y es que la trama se cocina a fuego lento, lentísimo, pero sin nunca perder el horizonte de lo que se quiere contar. Es justo decir que a lo largo de sus siete episodios, de más o menos una hora cada uno, llegamos a conocer muchísimo de la vida de las y los protagonistas, entender sus motivaciones y miedos, lo que permite que el elemento de terror de la obra funcione con todavía más eficacia.
Seamos claros: si eres de esas personas que considera que el terror está en una serie de sustos y sobresaltos, probablemente “Midnight Mass” no sea lo que estés buscando. Al contrario, la serie busca asustar explorando las profundidades de la esencia humana, con un toque paranormal evidente, aunque con mucho más foco en el horror que provienen de dos elementos muy propios de nuestra sociedad: la fe y las adicciones.
No podemos dejar de mencionar el aspecto audiovisual, algo que si han seguido la carrera de Mike Flanagan ya no resulta sorpresa, pero el nivel de detalle visual en “Midnight Mass” es digno de aplauso. Desde planos secuencia imperceptibles, fotogramas perturbadores y hasta una bellísima referencia a “El Resplandor”. Sin duda, la serie es un deleite audiovisual, que afortunadamente no es solo pinta, sino que también tiene muchísimo por decir.
Y si no has visto la serie, te recomendamos ir a verla y después seguir leyendo porque de aquí en más nos lanzaremos full SPOILERS, porque es imposible profundizar en algunos temas sin arruinar la experiencia de quien todavía no la ve completa.

MIDNIGHT MASS (L to R) SAMANTHA SLOYAN as BEV KEANE in episode 106 of MIDNIGHT MASS Cr. EIKE SCHROTER/NETFLIX © 2021
Lobos en piel de ovejas
El primer gran giro que nos ofrece “Midnight Mass” ocurre en el capítulo 3, cuando se nos revela que el recién llegado Padre Paul es realmente Monseñor Pruitt, el hasta hace poco párroco del pueblo, que fue rejuvenecido por un vampiro alado que se cruzó en unas ruinas en Damasco, mientras realizaba su peregrinación por la Tierra Santa. Transformado él mismo en un vampiro, su llegada al pueblo trae milagros inexplicables para la gente local, lo que permite que rápidamente se asocien a su presencia y comience a ser venerado como un real emisarios de Dios.
Este giro argumental entrega la solidez necesaria para que Flanagan ahonde en el tema que realmente le importa y que resulta ser transversal durante todo el desarrollo de “Midnight Mass”: la límite entre la fe y el fanatismo. Diferentes tipos de fe, creencias y comprensión de la muerte se abordan entre los diferentes personajes, desde el sheriff local con ascendencia mulsumana que debe lidiar con el racismo y desprecio por su cultura, hasta la fanática Bev Keane, que es capaz de encontrar en la Biblia la justificación para los actos más horripilantes.

MIDNIGHT MASS (L to R) ANNABETH GISH as DR. SARAH GUNNING, RAHUL KOHLI as SHERIFF HASSAN, KRISTIN LEHMAN as ANNIE FLYNN, IGBY RIGNEY as WARREN FLYNN, KATE SIEGEL as ERIN GREENE, and ANNARAH CYMONE as LEEZA SCARBOROUGH in episode 106 of MIDNIGHT MASS Cr. COURTESY OF NETFLIX © 2021
Quizás esta exploración de los límites y motivos de la fe es lo que justifican de manera tan inteligente los abultados diálogos, sermones, monólogos y conversaciones que ocurren durante toda la serie. Particularmente el capítulo 3, cuando Riley y Erin Greene conversan sobre lo que ocurre después de la muerte, cobre suma importancia en el epílogo de la serie, algo que también sucede con muchos de los sermones del Padre Paul o las disparatadas intervenciones de Bev Keane.
Sin embargo, en medio de toda la locura que se desata en el capítulo final, cuando el plan del vampiro alado de convertir a todo el pueblo en demonios chupasangres se desata, es cuando queda en evidencia, de manera bastante meticulosa, el objetivo de Flanagan como autor: la decisión, el libre albedrío. Más allá del incentivo de este ser maligno que llega a infestar a Crockett Island, la verdadera maldad está en el interior de los personajes, así como su capacidad de redimirse y decidir por su cuenta el tipo de ser humano que desean ser.
Este final, muchísimo más esperanzador de lo que uno podría imaginar de una serie en la que mueren TODOS los personajes salvo dos, justifica prácticamente todos los diálogos densos de los primeros episodios, redimiendo a sus personajes más dañados y evidenciando las atrocidades de quienes más se pintaban como personas intachables.
“Midnight Mass” es un contenido único, quizás no el mejor logrado de Flanagan y definitivamente el menos accesible que ha creado, pero no tenemos dudas de que se convertirá en un material de culto, que ganara aún más aprecio en los años venideros.