“No matarás”: una noche de pesadilla con Mario Casas

“No matarás” es una de esas películas que parece pertenecer a otra época, a tiempos en los que el cine de atrevía de manera más frecuente a contar historias simples y menos pretenciosas. Protagonizada por Mario Casas, Milena Smit y dirigida por David Victori, esta película española se trata de algo muy simple: todo lo que puede salir mal en la noche de un tipo introvertido.

Y es que si bien tiene algunas capas, el objetivo de la película parece ser simplemente el de presentarnos un escenario de improbabilidades mientras seguimos a una persona que posee una vida totalmente predecible. Tras la muerte de su padre enfermo (al que cuidó por años), el joven protagonista se ve enfrentado a situaciones que parecen una mala idea desde cualquier punto de vista, pero su total falta de personalidad y carencia de vida social, explican a la perfección el que siga el camino a una noche de perdición total.

Sin duda el punto alto de “No matarás” es su protagonista. Tal y cómo le ha ocurrido a otros actores que llegan a la fama por franquicias juveniles, Mario Casas lleva un par de años intentando dejar atrás el estereotipo de guapetón que alcanzara con la saga “3 Metros sobre el cielo”, sumergiéndose cada vez más frecuentemente en películas de género y no tan comerciales. Y para su carrera no ha venido mal, pues en estor personajes oscuros y complejos ha sacado a relucir todo su talento, que en este película luce con luz propia en la metamorfosis que sufre el personaje al que encarna en poco más de hora y media de cinta.

Lo impredecible de la historia y la técnica de cámara en mano que el director decide utilizar son al mismo tiempo un plus y un contra. Las sorpresas siempre vienen bien y en “No matarás” es muy difícil anticiparse a la acción, que alcanza tintes épicos en su últimos 20 minutos. Sin embargo, a veces esto mismo hace que el relato se torne inverosímil y pierda un poco la credibilidad que tanto se esforzó en construir en el primer acto. La técnica del handycam funciona bien en algunos momentos, pero las costuras del bajo presupuesto suelen quedar al descubierto, particularmente en las escenas de acción (muchas veces no logramos entender bien qué está pasando).

De todas formas, la película es un buen rato, fácil de seguir y con un par de secuencias que pondrán al espectador al borde del asiento. Y claro, es otro argumento más para algo que muchos y muchas no han querido admitir: Mario Casas es un buen actor.

Agradecimientos a BF Distribution. Puedes ver la película AQUÍ

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3.0/5

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