Rápido y Furioso es una saga que ha traído acción a la pantalla grande por más de 20 años. Siempre teniendo los automóviles como un elemento diferenciador para la franquicia y permitiendo que un simple corredor de carreras pueda enfrentarse a un tanque gracias a sus caballos de fuerza y habilidades al volante.
Sin embargo, es imposible hablar de esta serie de películas sin traer a colación el deterioro de la trama y la exageración de las escenas que mantienen a Dom y a su familia como un grupo capaz de salvar al mundo entero de un cataclismo global con el mero uso de sus ruedas y puños.
En la actualidad, la saga se ha transformado en un memorial para sus personajes y cada película es una oportunidad para recordar o traer de vuelta a un miembro de la “Familia”. Nada de malo con eso, pero tampoco es que sus producciones sean una joya del cine de acción.
En temas de historia, Rápidos y Furiosos X trae de vuelta a un villano del pasado de una forma particular. ¿Recuerdan a Hernán Reyes, el villano narcotraficante de Fast 5? Bueno, ocurre que su hijo, Dante (Jason Momoa) estuvo a su lado en todo momento (solo que las cámaras no lo enfocaron) y fue testigo de cómo Dominic Toretto mató a su padre. Ahora ha vuelto y no quiere otra cosa que causarle dolor a Dom, por lo que apuntará a lo más preciado que tiene, su familia. El maestro de las carreras deberá acelerar como nunca para llegar en auxilio de los suyos antes de que Dante lo haga.
Hay algo que parece un chiste pero que en verdad es lo que motiva a toda esta película: La Familia. Dante Reyes como el hijo del enemigo del pasado (Familia). Mr. Nobody está perdido desde Fast 9 y no hay rastro de él, pero sí de la persona que ocupa su cargo como interina, su hija, Tess (FAMILIA). Dominic necesita la ayuda de personas confiables que lo ayuden a proteger a su hijo, Brian, y aparecen en escena Jakob, Mía y el pariente de un viejo amor (¡FAMILIA!). Lo bueno es que la misma película parece aceptar lo ridículo de todo esto y solo se dejan llevar por la ola que genera este grupo de gente. No es comedia, pero es un guion que en muchos momentos da risa debido al “cringe” que genera.
Es agradable ver un “back to basics” en lo que se refiere a carreras de autos. Volvió la magia del pedal a fondo y el Nitro en como último recurso para ganar una carrera en donde la vida los pilotos corre peligro. Aunque son solo unos minutos y después de eso regresa la típica acción que desafía las leyes de la física.
La saga Fast ha dejado en claro que la mayor fortaleza de Dominic Toretto es su familia, pero también es su mayor debilidad. A lo largo de la producción a sumado miembros a su círculo de confianza que lo acompañan en las misiones más espectaculares. En esas batallas, Dom es siempre el as bajo la manga de un equipo que vive escapando de las balas, pero sin sufrir más de la cuenta debido al poder del guion y la amistad. Pese a eso, en esta ocasión la puntería del enemigo es certera y Toretto se percata de que no los puede proteger a todos. La duda de no saber qué hacer, el miedo de perder a un cercano y la impotencia que siente ante un rival peligroso logran quebrar a Dom (aunque su rostro no muestre una sola mueca de temor porque los sentimientos no son lo de Vin Diesel).
Es una película que, al parecer, tendrá 3 partes, por lo que el espectador debe estar preparado para ver una historia inconclusa con un primer capítulo repleto de un caos que mueva la trama. Ya plantaron las bases para las secuelas al presentar varias situaciones que tienen a los protagonistas divididos por el mundo, pero acá viene la gran crítica.
Salvo lo que vemos con Toretto y las típicas escenas chistosas del equipo de Roman, Ramsey y Tej, no hay mayor desarrollo. Letty está lejos de todos y su participación es casi nula, Cipher es un misterio que a esta altura es usado como un comodín para giros dramáticos, contamos con la presencia de Mia, Shaw, Jobs, Han, Queenie, entre otros, pero casi siempre es solo una escena sin importancia y dejamos de verlos ya que el foco está puesto en Dom y su pelea contra Dante.
Intentan crear un ambiente de desesperación en donde todo sale mal y en donde incluso se anticipan un par de muertes que, francamente, ni siquiera puede considerarse spoiler ya que es alto tan anticlimático que ni el fanático más inocente de la franquicia puede creer que sea verdad. Esto no es ningún “chasquido” de Thanos, es solo una forma de sacar a personajes de la pantalla y tener una base con la cual crear un guion para la segunda parte.
Dante Reyes es el hijo del fallecido Hernán Reyes, narcotraficante brasileño al que nuestro equipo le robó su bóveda con dinero en la quinta entrega de la saga. Es un personaje que en un principio parece ser el villano genérico que hemos visto en la mayoría de las películas, pero para sorpresa del espectador, es un rival al que le gusta ensuciarse las manos para obtener la tan ansiada venganza en contra de quienes le arrebataron su estilo de vida. No es un niño rico que se desespera dando órdenes, es un millonario loco que quiere hacer todo por sí mismo.
Dante es carismático, estrafalario, valiente y un demente que solo busca generar caos y sufrimiento en la vida de Dominic Toretto. Sigue teniendo todo el poder del mundo y la fuerza de un ejército personal debido a su abultada billetera, pero es un enemigo que piensa antes de actuar y que siempre tiene un plan de respaldo en caso de que la Familia Toretto esquive sus trampas.
Existían dudas respecto a la función de Jason Momoa como principal antagonista después del decepcionante papel de John Cena interpretando a Jakob en Fast 9, pero su inclusión fue un acierto. El comportamiento extravagante y una locura digna del Joker hacen que su interpretación le agregue cierto respeto al personaje. No es alguien a quién se le pueda vencer con meros puñetazos y no es alguien que intente cuidar lo que tiene. No tiene nada que perder y eso es lo que lo hace tan peligroso.
Por supuesto que hay acción por montones, explosiones a la carta y secuencias que tendrán a más de alguna persona gritando “¿¡Qué!?, ¿¡qué!?” Con policías disparando a los protagonistas sin tener idea de lo que pasa porque, por supuesto, es más fácil interrogar a un cadáver que analizar el desastre que está ocurriendo en las calles.
También veremos automóviles realizando lo imposible y siendo usados como un arma de arte marcial que contiene la fuerza de Thor en cada neumático. Pedir realismo en esta franquicia es imposible y todos lo saben. Pero el director, Louis Leterrier (El Transportador, Los Ilusionistas), intenta aterrizar un poco las cosas y crea una acción mucho menos alocada que en otros largometrajes. Sigue siendo algo prácticamente imposible para la capacidad humana, pero por lo menos no vemos a un Pontiac Fiero viajar por el espacio (gracias, Louis).
Al final del día, Rápidos y Furiosos X es una producción que no busca imponerse en premios del cine, pero sí entretener de una forma ridícula que eleve los niveles de testosterona de la sala y es justamente lo que hacen. ¿Resultó? No mucho, ¿lo arruinaron? No creo. Tendremos dos secuelas de esta película para decidir si es un buen desenlace o no.