Reminiscencia posee demasiados factores que en el papel nos hacían esperar una gran película. Hugh Jackman, Rebecca Ferguson y Thandiwe Newton en el rol principal, la producción ejecutiva de Jonathan Nolan y, por sobre todo, el debut en el dirección de Lisa Joy, una de las creadoras de Westworld, donde además dirigió algunos capítulos. Y bueno, no podemos dejar de considerar que la producción se realizó bajo el alero de Warner Bros, HBO y contó con un no despreciable presupuesto de 60 millones de dólares, que les permitió además conseguir a Ramin Djawadi (compositor de Game of Thrones) en el score principal.
Como dijimos, esta película tenía harto para entusiasmarnos, y lo triste es que cuando eso pasa el bombazo de la decepción es más potente que nunca. Pero no nos adelantemos y repasemos un poco lo que sí funciona. Lo primera: la fotografía. Lisa Joy falla en muchos aspectos en esta película menos en lo visual. Hay que decir que el aspecto neo noir de Reminiscencia funciona a la perfección, utilizando el neón de manera adecuada y sacándole gran partido al aspecto atractivo de este Miami post apocalíptico inundado, casi como una Venecia moderna. Paul Cameron realiza la fotografía y su experiencia en grandes producciones (como Man of Fire, Collateral o la misma Westworld) se nota y eleva el valor de producción por todo lo alto.
Por otro lado, no debería ser una sorpresa que Hugh Jackman, Rebecca Ferguson y Thandiwe Newton entregan interpretaciones sólidas, convincentes, a pesar del poco, poquísimo material que tenían para trabajar. Y es que los diálogos de Lisa Joy son uno de los grandes problemas de esta historia, por su densidad y total incapacidad de permitir que la trama fluya. El elenco hace lo que puede con un texto carente de dinámica, y que redunda a ratos en una filosofía barata absolutamente inesperada viniendo de una de las guionistas de Westworld, serie que hasta en sus momentos más flojos tiene diálogos inolvidables. Acá las conversaciones entre personajes son eternas, con excesivo melodrama que sencillamente termina por ser aburrido.
Pero quizás el punto más bajo de Reminiscencia es que el misterio, la investigación que sirve como piedra angular de toda la historia, jamás termina por ser del todo interesante. Por el contrario, a ratos la narrativa parece olvidarse completamente del punto y oscila por algunas subtramas pobres que podrían no estar en la película y no pasaría absolutamente nada. Es una lástima, porque con un look tan increíble desde lo visual, termina por ser nada más que un melodrama futurista muy olvidable, y con casi ninguna secuencia particularmente llamativa. De hecho, sin spoilear nada, hay un pelea cuerpo a cuerpo llegando al tercer acto, que se siente gratuita, forzada y derechamente para la risa. ¿Por qué? Simplemente porque no junta ni pega con el resto del tono de la película.
De todas formas, se nota que el talento para armar en pantalla un estilo visual atractivo es algo que Lisa Joy tiene de sobra. Sin embargo, ya sabemos que el buen aspecto no basta para mantener al espectador interesado en una historia, que pese a tener una duración de 1 horas con 50 minutos, pareciera extenderse por mucho más de dos horas. Olvidable es decir poco.