Spiderman: No Way Home: el nacimiento del Peter Parker definitivo

Si hay algo que emociona a los fanáticos son los crossovers. El cruce de personajes de sus sagas favoritas que llegan a un momento cúlmine en donde comparten destinos. No hablo del típico especial navideño o de año nuevo, sino de enemigos en común, misiones que puedan compartir y, quizás lo más importante, los mismos personajes.  

Marvel hizo lo propio con las múltiples películas y series que rondan el mismo universo cinematográfico teniendo como punta de lanza a The Avengers, pero nunca pudieron compartir pantalla con la producción de otra compañía, como lo es Sony. Casi como si se tratara de ejemplificar la dificultad de crear un multiverso, Marvel y Sony rompieron relaciones en 2019 al no poder llegar a un acuerdo en su alianza a futuro. La crítica de la gente se hizo notar y la presión mediática fue tan grande que se vieron obligados a sentarse una vez más a negociar. Producto de esas conversaciones nació el proyecto que cambiaría al Spiderman de Tom Holland y Jon Watts para siempre. 

Bienvenidos al multiverso

Para ser directos desde el comienzo hay que decir que Spider-man: No Way Home es fantástica. Quizás la mejor película que ha protagonizado Tom Holland y un filme que viene a revivir una saga que se estaba llenando de críticas al no tener un Peter Parker con la misma importancia que tuvo en su momento Tobey Maguire.

Y es que siempre hubo un elemento externo que llegaba a afectar al Spiderman del MCU actual. Siempre hubo alguna ayuda de otras personas en una saga que parecía ser más una extensión del mundo de Avengers que una película solitaria del héroe más famoso de Marvel. 

Que no se malentienda. Cualquiera que haya visto los avances de la película sabe que hay personajes externos que tienen un rol importante en este proyecto, pero nunca tienen más protagonismo que Peter Parker. Quién, a pesar de lo ridículo que se ve en el trailer, no actúa como tal, sino que se mantiene en una línea que tiene sentido con su personaje e interviene acorde a lo que está viviendo en el momento.

Se puede decir que Peter Parker por fin alcanzó la madurez necesaria para su papel. Es un personaje que aprende de mala forma que sus actos tienen consecuencia, que el mundo no es el vecindario amigable de siempre y que no puede estar apostando a que todo se solucione producto de bueno deseos. Peter Parker se convierte en un adulto capaz de soportar la responsabilidad de ser spider-man.

Un nuevo camino

Algo que colmó la paciencia en Civil War fue la excesiva construcción de una trama que pudo haberse contado de una forma más simple para dedicar el resto de la película al conflicto principal. Esta situación no se repite en esta ocasión, en donde se plantea el problema de manera directa y sin tanto rodeo. Saltamos rápidamente a la trama principal y todo se va construyendo de una forma tan dinámica que no se llegan a notar las más de dos horas de película.   

La nostalgia y el fanservice de ver a los personajes de otras películas es real. Cada vez que alguien aparece incrementa el interés en el filme. Esto no se hace de manera forzada como el equipo de heroínas en Endgame, sino que tiene sentido y es natural. Se hace de manera escalonada y cada personaje tiene un guion acorde a su personalidad. No es un festival de easter eggs que no lleva a ningún lado, es una construcción bien pensada que impulsa la historia que estamos viendo.

El humor también se hace presente y en momentos incluso se dan el lujo de romper la cuarta pared, pero sin llegar a saturar con chistes del montón o situaciones ridículas. Es una película llena de elementos, pero ninguno destaca por sobre el otro y se genera una conexión agradable de ver.  

Tom Holland siempre fue visto como un Spiderman menor de edad que no se enfrentaba a los problemas comunes de superhéroes. Siempre enmarcado en conflictos escolares que no convencían a nadie por su falta de seriedad. Ahora existe un peligro real. El destino del universo está en las manos de Peter y el desarrollo de personaje se hace notar. 

Spider-man vuelve a sus orígenes. Vuelve a ser el personaje con problemas personales impulsados por el hecho de ser un héroe enmascarado. Peter es quién toma las riendas de su vida y las decisiones que tome van a ser las más importantes de su vida.  

Antes del estreno de No Way Home se hablaba de la confirmación de otra trilogía del Spider-man de Tom Holland, algo que perfectamente puede llevarse a cabo teniendo en cuenta la manera en que terminó esta serie de películas. Solo queda decir que si se sigue la misma línea, podríamos estar presenciando el nacimiento del mejor spider-man del cine.  

Spiderman: No way home (2021)

Jon Watts / Marvel Studios

4.0/5

Relacionados

Menú