A estas alturas resulta difícil tener certezas de lo que podemos esperar de una adaptación de comics, y con mayor énfasis cuando se trata de superhéroes. El boom de este subgénero cinematográfico ha alcanzo su punto más alto en los últimos años, con más de 6 grandes estrenos por año y una forma de graficarlo es que esta es la quinta película que tiene al personaje de Batman en su metraje en los últimos 10 años. Una locura con todas sus letras.
Pero vayamos a “The Batman”. Dirigida por Matt Reeves, la trama gira en torno a una serie de asesinatos que un desconocido que se hace llama “El acertijo” ha perpetrado contra algunas de las principales autoridades de Gotham City. A pesar de que lleva más de 2 años utilizando el trabajo de Batman, Bruce Wayne (Robert Pattinson) deberá desarrollar su faceta más detectivesca para resolver el caso, aunque contará con la ayuda del teniente James Gordon (Jeffrey Wright) y la misteriosa Selina Kyle (Zoe Kravitz). La búsqueda de este asesino llevará a Bruce a conocer los secretos más oscuros de la ciudad, la corrupción que la domina e incluso algunos detalles que desconocía de su familia.
Quizás de entrada lo primero que es necesario aclarar es que en “The Batman” vemos una visión de autor que hace mucho rato no podíamos apreciar en una película de este tipo. En los últimos años, y especialmente en el universo cinematográfico de DC Comics, las intervenciones (desafortunadas) de los estudios han sido evidentes y muchas veces culpables de lastrar cualquier libertad creativa y prolijidad narrativa de las películas. Sin embargo, Reeves parece haber salido ileso de ese muñequeo y se despacha una cinta oscura, cargada de silencios y lenguaje no verbal en la construcción de su drama, en una cinta que se emparenta mucho más con las tramas de cine negro noventeras que al estilo liviano y cargada de acción del género de superhéroes actual. Las casi tres horas de metraje y las pocas secuencias de acción que vemos en pantalla son prueba irrefutable de que el tipo hizo la película que él quería y no la que le pidieron.
Y si bien decimos que imperan los silencios, no por eso “The Batman” es lenta o aburrida. Al contrario, Reeves se encarga de que la investigación, el eje central de la historia, esté en continuo movimiento y en paralelo vamos conociendo las subhistorias del resto de los personajes. Al no ser una película de “origen”, la trama se concentra casi en su totalidad en el presente y del pasado conocemos solo lo que se nos dice en algunas escenas puntuales. Esto resulta bastante interesante de ver, si consideramos que en otras películas de Batman viajamos con mucha frecuencia al pasado, siguiendo la máxima del “muestra, no cuentes” del cine. Pero en este caso, Reeves opta por poner al espectador bajo la óptica del héroe y seguir su punto de vista (y ver sus reacciones), incluso cuando está escuchando en grabaciones lo que ocurrió con otro personaje hace un buen rato de película atrás. Hay que aclarar que esta es una película de “Batman” con todas sus letras, puesto que vemos a un Bruce Wayne dañado, incapaz de superar la muerte de sus padres y totalmente inmerso en su rol de vigilante nocturno. No podemos dejar de mencionar que toda esta atmósfera está orquestada a la perfección con la partitura de Michael Giacchino, en uno de sus mejores trabajos en mucho rato.
Pese a la resistencia que generó el nombre de Robert Pattinson al ser anunciado como el próximo Batman, podríamos decir que se las ha ingeniado para salir airoso del Bruce Wayne más complejo que hemos visto en pantalla hasta la fecha. A diferencia de otras versiones, Pattinson debe mantener el tono oscuro sin la máscara, ya que su Wayne carece del encanto de otras interpretaciones del personaje. Y el actor cumple, entregando una actuación muy humana. Zoe Kravits también entrega una interpretación interesante y su química en pantalla con Pattinson funciona a la perfección, al igual que Jeffrey Wright. Sin embargo, en Paul Dano quizás encontramos la actuación más sobresaliente de toda la película, y por escándalo el mejor villano de Batman desde el Joker de “Dark Knight”. Dano logra transmitir la locura in crescendo del personaje, pero sin perder de vista algo esencial: se trata de un tipo común y corriente, sin superpoderes ni nada por el estilo. Y es precisamente ese el punto más terrorífico del villano, la certeza de que esta persona que asesina a sangre fría puede existir en nuestro propio mundo.
***Esta parte de la reseña contiene spoilers de The Batman.
Quizás el aspecto más flojo de “The Batman” es su tercer acto, que no logra ser tan emocionante en su enfrentamiento final desde la acción (aunque de igual forma funciona desde lo emocional). La decisión de sacar del conflicto al Acertijo de la secuencia final no termina por resultar del todo y la secuencia de la inundación no alcanza a hacerle justicia a todo el preludio previo.
Como dijimos, “The Batman” es una experiencia totalmente de autor, que nos sumerge en una visión particular del superhéroe y que resulta muy distinta a lo que estamos acostumbrados a ver en pantalla en los últimos años. Y por lo mismo, el visionado es satisfactorio, al punto de que no podemos esperar por ver más de este universo del caballero oscuro.