The First Slam Dunk: el final perfecto para el rey del Spokon

Suena la alarma del despertador y el genio del basquetbol se levanta para afrontar el partido de su vida en contra del invencible Sannoh. El calendario marca un 3 de agosto (sí, el estreno de la película en Chile coincide con el día del partido en el canon), Hanamichi Sakuragi prepara su uniforme y se une al resto de su equipo en el camino a la segunda ronda del Campeonato Nacional. 

Ha sido un largo viaje en donde hemos acompañado al equipo escolar durante 27 años esperando este momento. La sala de cine vibra como si fuese una gradería, los asistentes visten la camiseta de los representantes de Kanagawa y el público se sienta con la ilusión viva en sus ojos. La pantalla no los decepciona, el quinteto del Shohoku vuelve a pisar una cancha y nos alistamos a ver el tan esperado desenlace de la obra creada por Takehiko Inoue.

The First Slam Dunk es una película escrita y dirigida por el mismo Inoue que relata los eventos que se desarrollan posterior al final del anime. Es el punto máximo de la historia que nunca se adaptó para televisión y que se mantenía como un misterio para quienes seguían el programa semana a semana. 

El protagonismo pasa a Ryota Miyagi, base del equipo que siempre fue una especie de pegamento que mantiene unido al Shohoku. Es el jugador que está encomendado a ser capitán del equipo después de Akagi, en cancha es el encargado de marcar la pauta de ataque para sus compañeros y el primero en defender cuándo se pierde la posesión. Perfecto para llevar el hilo conductor del encuentro.

A pesar de la importancia de Ryota como personaje, nunca se tocó su historia personal, a diferencia del resto del equipo, por lo que Inoue aprovecha esta oportunidad para ahondar en la mente del pequeño jugador para conocer sus motivaciones y su historia de vida junto a su madre, hermana pequeña y su hermano mayor, Sota, quién sería su máxima influencia dentro del mundo del basquetbol.

Vale decir que parte de la historia de Ryota y Sota se puede ver en un oneshot creado por Inoue bajo el nombre de Piercing. No es una historia que esté dentro del mismo universo de Slam Dunk, pero sirve como base para lo que se desarrolla en la película. 

El filme se mantiene fiel a lo que es Slum Dunk. Un grupo de adolescentes problemáticos que se unen bajo la bandera del basquetbol y el sueño de llegar a competir a nivel nacional. Puede que sea raro pensar lo contrario ya que esta es solo la continuación del manga, pero siempre es bueno aclarar las dudas. 

Para recapitular un poco. El Shohoku se clasifica por primera vez en su historia al Campeonato Nacional, los jugadores apenas pueden con sus nervios mientras Hanamichi comienza un entrenamiento especial de encestar 20 mil tiros antes del primer partido contra el Toyotama. El ranking del Shohoku es “C” mientras su rival es un equipo clase “A”, diferencia que se puede comprobar en cancha en el momento en que Toyotama comienza a hacer su juego. Pero los de Kanagawa responden a tiempo y se llevan una complicada victoria. El equipo se ilusiona con el triunfo, pero la emoción dura hasta que investigan a su próximo rival, el campeón vigente de nivel “AA”, el Sannoh.

¿Qué hace al Sannoh tan fuerte? Absolutamente todo. Son un equipo que no menosprecia al contrincante, que lo estudia y practica contra equipos similares para acostumbrar su juego. Tienen a un entrenador que explora las debilidades del enemigo y que piensa en estrategias para aprovecharlas. Entre sus miembros destacan los que son, quizás, los 3 mejores jugadores de todo el país: el base y capitán del equipo que tiene excelentes habilidades defensivas, Kazunari Fukatsu, el ágil y potente pivot que solía jugar como base, Masashi Kawata y por último la estrella inigualable que llevó al Sannoh a ganar el campeonato pasado y que es considerado como el mejor jugador joven de Japón, Eiji Sawakita. Sin más preámbulo, vamos a lo técnico.  

La decisión de Toei Animation fue la de aventurarse con una animación 3D que serviría como apoyo de los clásicos trazados 2D del anime. Una idea que en un principio fue criticada por la fanaticada, pero que luego de ver los resultados es difícil pensar en otra forma de animación que no sea la ya elegida. La mezcla de dibujo a mano y CGI genera una visual atractiva que permite que se pueda apreciar la velocidad de los movimientos junto con la profundidad de los fondos en cada escena. El cuidado a los detalles es tan notorio que incluso se puede ver cómo las gotas de sudor caen y se juntan en el rostro de sus protagonistas. Una decisión controversial que terminó calzando como anillo al dedo.

Punto aparte para la música de Satoshi Takebe en la ambientación y para Takuma Mitamura y su banda 10-FEET que hicieron de banda sonora para la película. Pocas veces he estado tan emocionado viendo una fusión orgánica entre animación y soundtrack. Me vi vibrando desde mi butaca y viendo como los demás espectadores sentían lo mismo. 

El ritmo del filme es casi perfecto y permite un balance entre la historia de Ryota, su drama familiar, amor por el baloncesto y el partido más importante de su vida. Es un pasado escrito por Inoue y calza perfectamente con la personalidad del jugador en todo lo que hemos visto de manga y anime. Sin embargo, hay que decir que estos mismos flashbacks interrumpen los momentos más tensos de partido y pueden llegar a incomodar al sacarnos del enfrentamiento de golpe. Quizás era mejor desarrollar la mayoría del pasado de Ryota de una vez y después seguir con el partido, pero quién soy yo para reclamarle algo a Takehiko Inoue.

También hay que mencionar que hay mucho contexto del enfrentamiento contra Sannoh que no se menciona. Como lo son los monólogos internos de los integrantes del Shohoku que sufren la fuerza del rival, pero que se deciden a avanzar al ver los esfuerzos de sus compañeros. O la misma situación, pero desde el punto de vista de los jugadores de Sannoh. Es información que se pierde si es que no has leído el manga, pero el largometraje está hecho de tal forma que eso pase a ser una anécdota más que algo necesario.

El resto de la película mantiene el alma de lo que es Slam Dunk. Jugarretas y estupideces de Sakuragi en todos lados, los correctivos de Akagi, los gestos de los miembros del Shohoku para burlarse del rival y el apoyo incondicional de sus amigos a la hora de encarar el encuentro. Todo lo relacionado a este proyecto nos devuelve a la infancia. 

La animación nos introduce tanto en el partido que la misma sala de cine se transforma en una arena que alienta al Shohoku como una sola voz. Los silencios se llenan de tensión, los puntos de emoción, el rebote de la pelota suena como nunca lo había hecho y el ritmo del partido no permite apartar la mirada de la pantalla por miedo a perderse algo. Es el final de Slam Dunk. Por fin lo estamos viendo.

Si bien esta película nos muestra el final del manga, no despeja las dudas sobre lo que ocurrió posteriormente con los jugadores y lo más probable es que nunca lo veamos en una adaptación (ya que son solo un par de viñetas y borradores dejados por Inoue), por lo que si quieres saber el desenlace te invito a leer el siguiente párrafo con los spoilers correspondientes (y no, Slam Dunk no termina con Rukawa confesando su amor por Sakuragi).

Alerta de spoiler. El Shohoku termina completamente agotado después de su triunfo contra Sannoh y los jugadores no consiguen recuperar sus fuerzas para la siguiente llave, sumado a que Sakuragi no puede jugar por lesión. Se enfrentan a un Aiwa con chapa de favorito que los vence para avanzar de ronda. Finalmente, la escuela Daiei se corona campeón venciendo al Kainan en la final nacional. Ryota Miyagi se convierte en el nuevo capitán del Shohoku y está decidido a ser un buen líder; Hisashi Mitsui continúa entrenando con ellos para jugar su última competencia y, ojalá, llamar la atención de algún equipo universitario; Tekenori Akagi se retira del equipo y comienza a estudiar para poder ingresar a la universidad que quiere ya que la oportunidad de una beca deportiva ha desaparecido al no quedar dentro de los 8 mejores equipos del año, su hermana, Haruko, se convierte en la nueva manager del equipo; Kaede Rukawa es invitado a un campamento de la selección juvenil de Japón y se topa en una playa con Hanamichi Sakuragi, quién está en plena rehabilitación y decidido a hacer todo lo posible para recuperarse rápidamente y así volver a jugar el basquetbol que tanto ama. Sí, el bandido pelirrojo ha encontrado su motivación en la vida y quiere ser el siguiente jugador japonés en llegar a Estados Unidos, siguiendo el ejemplo de Eiji Sawakita. Mejor final, imposible

The First Slam Dunk (2023)

Takehiko Inoue / Toei Animation

5.0/5

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