Trese: Folclore filipino llevado a la acción

Netflix vuelve a la carga con sus incesantes intentos de captar a la audiencia por medio de series de animación y en esta oportunidad nos trae una historia de detectives, misterio, monstruos y acción de la mano de Trese.

Trese es la adaptación a anime del comic filipino de mismo nombre, creado por Budjette Tan e ilustrado por Kajo Baldisimo. Nos cuenta la historia de Alexandra Trese, una humana que tiene amplios conocimientos relacionados a lo sobrenatural, que vigila que se mantenga el orden entre las distintas razas que habitan en Manila y que funciona como el lazo que intercede ante todo conflicto para solucionarlo de la manera más pacífica posible. O a puñetazos. Lo que funcione mejor.

Lo primero que uno observa es el estilo de animación occidental similar a los cortos animados de DC Comics. Y claro, el proyecto estuvo a cargo del estudio coreano Tiger Animation, quienes trabajaron en películas como Justice League Dark, la saga de Berserk: The Golden Age, Castlevania, Onyx Equinox y un gran etcétera. Apostaron a lo seguro y se agradece. 

En la dirección general está el conocido Jay Oliva, famoso por sus numerosas contribuciones en series y películas animadas de DC y que en esta oportunidad también cumple el rol de productor ejecutivo.

De Filipinas al mundo

Trese es un comic que comenzó su publicación en 2005 y que inserta la mitología del folclore filipino en una historia de crimen que puede ser visto por muchos como la versión femenina de Constantine, aunque está lejos de ser similar a este personaje. A lo largo de la serie vemos como Alexandra hace uso de sus conexiones con el mundo sobrenatural para resolver casos y mantener el orden en una ciudad que perfectamente podría llamarse Saltadilla por la cantidad de cosas que ocurren ahí y la normalidad con la que los habitantes actúan en torno a algún monstruo o accidente. 

El trabajo de Tiger Animation es excepcional al darle un cambio positivo a las imágenes. El comic es bastante sobrio, en blanco y negro y carece de consistencia en cuanto a calidad de dibujo. Pero en este caso le dan un giro que ayuda al espectador a ver de mejor manera las características de los personajes y así comprender la forma en que se comportan. 

Los personajes que aparecen tienen una personalidad clara que se mantiene fiel a su estilo a lo largo de la serie, aunque no es que sean particularmente únicos. Aun así, no incomoda y le da un toque distinto a una historia llena de cuentos de horror. Y es que Alexandra y los suyos no son personas sin corazón que investigan por mera responsabilidad. Son humanos que se ríen, que se emocionan y que pueden bromear entre ellos tomando por sorpresa al espectador. 

Y si hablamos de autenticidad, algo que resalta en el anime es el uso del contraste de la luz en sus imágenes. Lo que le da un tinte de animación nueva y no una mera copia. De la misma forma, el uso de fondos dibujados al óleo se complementa de buena manera con los personajes y dan un contexto a la situación. Quizás habría sido óptimo el mantener esa consistencia en comparación a otras secuencias en donde los fondos son dibujados por computador, pero el hecho de que se hayan dado el tiempo de presentar una buena fotografía es digno de apreciación.

Punto a favor son las escenas de acción que mezclan movimiento de cámaras con secuencias cuadro por cuadro que se hacen cómodas de ver y que te dejan expectante para saber qué nos traerá en un futuro, aunque también es cierto que los combates a mayor escala se ven más toscos y carentes de movimientos.

Las dos caras de la moneda

Si hay algo que criticar en torno a los episodios es que los diálogos se sienten demasiado simples y poco atractivos, mientras que en otras ocasiones son difusos y complicados. Se entiende que la idea es llevar el guion del comic y adaptarlo de la mejor manera en los pocos minutos que se permiten por capítulo, pero llega un momento en que simplemente dejas que el episodio avance para saber quién es el villano y así hacerte una idea de qué es lo que está pasando. 

De hecho, el mismo problema se puede observar cuando ampliamos la visión a la temporada completa. Trese tiene 6 episodios que cuentan un caso distinto mientras se avanza en una trama de fondo que avanza poco a poco. Los primeros 3 capítulos se centran, básicamente, en presentar a los distintos personajes y a entender mejor el mundo en el que habitan sin un hilo conductor. Esto provoca una confusión en donde uno quiere entender qué está pasando o de qué están hablando, pero la explicación no llega y solo queda la opción de continuar con el siguiente capítulo con la esperanza de que el tema se siga mencionando. A veces ocurre, a veces no. 

Otro problema que aumenta la incertidumbre es que se da por hecho de que el espectador tiene conocimiento sobre el folclore filipino, lo que provoca confusión cuando hablan de algún personaje o maldición sin explicar en qué consiste. Palabras o nombres como Aswang, Lakan, Talagbusao, Kambal, son cosas que uno puede llegar a entender al final de la serie, pero que en su momento no ayudan a darle un significado a la situación. Un par de segundos para explicar estos conceptos harían que esta serie fuese mucho más cautivadora. 

Los últimos episodios de Trese se disfrutan de mejor manera porque hay una historia que se cuenta a través de flashbacks y que se asocian inmediatamente con lo que sucede en el presente. Llegando a este punto solo quieres saber el desenlace ya que estás completamente comprometido con la historia y los personajes. 

Finalmente uno termina interesado con la historia debido a lo atractivo del mundo que presentan y se enfoca en buscar información en torno a esta, pero no debido a una curiosidad por el futuro de la serie, sino con la intención de comprender de mejor forma lo que sucedió con sus personajes. Punto a favor al creador y tirón de orejas para el director del anime.

La verdad tras la careta

Algo que se asume con los primeros capítulos de Trese es que Alexandra es un personaje genérico que basa su personalidad en un comportamiento sombrío, serio y carente de emociones. Una máscara que se va cayendo a pedazos con el pasar de los episodios y que termina por mostrarnos a la verdadera protagonista. Una humana común y corriente. 

En un principio, y como ya se mencionó anteriormente, se ve a una Alexandra que pareciera tener conocimiento sobre todo y una respuesta a cada situación. Pero a medida que avanza la serie podemos observar que es una mujer llena de dudas y que vive con el temor de no saber qué camino tomar. 

Ella heredó el cargo que tiene y siente que no fue debidamente preparada para tal responsabilidad. Algo que no es nuevo dentro del “camino del héroe”, pero que le da un trasfondo al comportamiento de la protagonista y a su forma de enfrentarse a nuevos peligros.

En definitiva, Alexandra termina siendo el personaje más interesante de la serie y dan ganas de indagar más sobre su pasado, sobre sus pensamientos y lo que le depara el futuro. Ver su desarrollo a lo largo de los episodios fue uno de los puntos más altos del anime. 

Lamentablemente, el que solo sean 6 capítulos merma mucho el éxito de este proyecto. Se puede llegar al consenso de que es una historia con un potencial tremendo y hubiera sido mucho más disfrutable de haberse tomado el tiempo para desarrollar los puntos importantes de la trama. Un par de capítulos más, o derechamente el doble, podrían haber asegurado el triunfo de una serie que da la impresión que adelantó su trama para demostrar lo amplio del mundo creado por Budjette Tan sin arriesgarse a quedar inconclusa. 

Pese a tener un final abierto, aún es muy pronto para hablar de una segunda temporada. Más todavía tomando en cuenta la cultura de cancelaciones de Netflix. Por el momento solo queda esperar a ver qué ocurre con Alexandra en un comic que sigue publicándose y que podría traer sorpresas en el futuro. 

Trese (2021)

Netflix

3.0/5

Relacionados

Menú