Hace unos días se estrenó en Disney+ la nueva película de Pixar, “Turning Red”, de la directora Domee Shi, que ya había obtenido un Oscar al Mejor Cortometraje Animado por la excelente “Bao”. Y en este debut de la directora en lo que a un largometraje se refiere, nos llega una de las películas más divertidas en la historia del prestigioso estudio de animación, y de manera muy curiosa también se ha transformado con los días en una cinta bastante polémica, ante la resistencia de algunos grupos por los temas que aborda la trama.
En síntesis, “Turning Red” cuenta la historia de Mei, una joven canadiense de ascendencia china que está en pleno paso de la niñez a la adolescencia. Como si no fuera difícil el solo hecho de crecer, Mei debe lidiar con una suerte de doble vida, ya que su familia es muy conservadora y apegada a las tradiciones de su cultura, pero por otro lado debe mantener oculto su fanatismo por la boyband “4*Town”, que comparte con sus mejores amigas del colegio. Todo se complica aún más cuando Mei descubre que al sufrir cambios bruscos emocionales se transforma en un Panda Rojo gigante, algo que parece ser una tradición familiar de la que no estaba enterada.
Aclaremos desde ya que “Turning Red” es una obra mayor. Domee Shi utiliza múltiples referencias e inspiraciones del mundo del animé para construir este universo en el que ocurre la trama, que se ambienta a principios de los años 2000. Desde las secuencias de transformación, la formas del montaje, la paleta de colores, toda la película respira a la esencia del animé noventero, aunque respetando una visión única y cercana a lo que han sido las películas de Pixar en estos 25 años. Influencias como Sailor Moon o Ranma 1/2 son clarísimas y le entregan a la cinta un aura muy distinta a las otras producciones animadas de estos tiempos.
Sin embargo, la esencia misma de “Turning Red” se enfoca en el concepto de cambio, no solo en los que atraviesa Mei con su paso a la pubertad y esta nueva habilidad de transformarse, sino también en el cambio de relación entre Mei y su madre, quien es una mujer excesivamente controladora y que no permite que su hija tenga niveles mínimos de autonomía.
Y aquí es donde aparece el factor “polémico” de la película, (aunque desde acá creemos que es lo más interesante de la película), porque mucho se ha dicho sobre el “mensaje” de la película y que prácticamente incita a las y los niños a desobedecer a sus padres y madres con tal de alcanzar lo que quieren. Y es una lástima, porque lo que hace “Turning Red” trasladarnos a una situación ficticia aunque muy real en la que AMBAS son incapaces de tener una relación sana y honesta entre ellas. Primero la madre que niega cualquier tipo de autonomía a su hija y la obliga a reprimir cualquier interés que no sea propio de su cultura, además de invadir constantemente su espacio personal, al punto de avergonzarla en público y delante de todo el colegio. Y por otro lado tenemos a Mei que ha decidido ocultar su afición por la música norteamericana y la relación con sus amigas, para no tener problemas con su madre por un miedo total a la reacción que podría tener al enterarse de su verdadera personalidad. Es esta relación disfuncional entre ambas lo que actúa como piedra angular del relato, y la trama se enfoca en las buenas y malas decisiones que ambas toman y que van forjando su relación de madre e hija.
Lo habíamos mencionado en un principio, pero debemos ser majaderos en decir que el humor de “Turning Red” es extraordinaria, y quizás una de las películas más divertidas de todo el catálogo de Pixar. Los chistes y las situaciones divertidas no solo funcionan para el público juvenil actual, sino que las constantes referencias a los años 2000 permite que casi cualquiera pueda conectar de una u otra forma con el humor situacional que propone la película. Además, es grato ver una película de Disney rompiendo algunos tabúes absurdos, como la menstruación, y que se utilice para comedia es todavía más brillante.
Y bueno, ¿Qué se puede decir se la animación de las películas de Pixar? “Turnind Red” presenta una animación de primer nivel, con una paleta de colores muy colorida y que se siente bastante diferente a otras producciones del estudio, y también merece una mención la música original (escrita por Billie Eilish), que se adapta a la perfección con el tono de la película.
“Turning Red” es un viaje extraordinario, que disfrutara toda la familia de principio a fin. Que les engañen los malos comentarios, porque estamos ante una excelente película animada, dirigida por una mujer que sigue demostrando un talento que todavía no parece tener techo.