El cuento de Yasuke es uno de los más conocidos y llamativos en la historia de Japón. Uno que ha sido la base para múltiples publicaciones de novelas, libros, obras teatrales y adaptaciones en televisión. Cuenta la travesía de un hombre africano que llega a tierras niponas en la era Sengoku de un Japón Feudal acompañando a una comitiva de comerciantes italianos trabajando como sirviente de uno de ellos. Ese hombre, por su particular color de piel y tamaño, llama la atención de Oda Nobunaga, señor feudal que estaba en plena misión de unificar el país, y se convierte en samurái, guardaespaldas y mano derecha del Daimio siendo el primer extranjero en la historia en tener estos logros.
Tomando en cuenta ese trasfondo, hubo mucho revuelo ante la noticia de que se haría un anime basado en la historia de este personaje. El conocido productor LaSean Thomas, con presencia en La Leyenda de Korra y Black Dynamite, trabajaría en la producción y guion de un show que tendría la participación de los capos de Flying Lottus en la música, la voz de Lakeith Stanfield como protagonista (reemplazando al fallecido Chadwick Boseman), al reconocido estudio MAPPA a cargo de la animación y una licencia de Netflix para la distribución. Con todo este equipo solo hay un futuro posible: Yasuke será un éxito.
Sin embargo, la emoción y ganas de ver este proyecto duran, literalmente, dos minutos. Hasta el momento en que aparece el primer robot gigante peleando contra los samuráis de Nobunaga.
Una historia de fantasía mal contada
El primer episodio parte con una de las grandes batallas de las fuerzas de Oda Nobunaga, en el momento en que es traicionado por uno de sus generales y se ve obligado a cometer Seppuku para mantener su honra tras la derrota. Hay registros históricos que señalan que fue Yasuke el encargado de ejecutar a Nobunaga luego de que este se apuñalara, lo cual es parte del ritual, y se agradece que el anime mencione ese momento para pasar a contar la desconocida historia del samurái negro luego de la caída de su Señor. Pero poco sabíamos de la inesperada trama que escribieron para una figura tan importante, la cual está plagada de ciencia ficción que nadie quería.
Ya se había adelantado que este anime tendría elementos de fantasía. Algo que no es raro tomando en cuenta el misticismo del Japón de 1580. Pero nadie hubiera pensado que veríamos tecnología, robots gigantes que disparan rayos láser y hechiceros que pelean como si fuera una película de superhéroes.
Se puede aceptar que introduzcan algo de este estilo si es que se justifica por historia y tiene relevancia en la trama, pero es acá donde aparece otro de los grandes problemas. La única razón por la que los japoneses están luchando con máquinas es porque, al parecer, los mongoles obtuvieron esos avances tecnológicos y Nobunaga los acuño en Japón. ¿En serio?
Además, no aportan en nada al desarrollo del anime. No hay un gran motivo por el cuál deban luchar con robots y en ningún momento tienen relevancia en la trama. Perfectamente los puedes sacar de pantalla y no va a cambiar absolutamente nada. Me es imposible no compararlo con el desenlace del popular anime “Naruto” en donde el enemigo final es un extraterrestre que casi no tiene conexión con lo que se habló a lo largo de la serie y solo está ahí por capricho de su creador. Moraleja, las cosas forzadas, no resultan.
Y si de forzar hablamos, podemos completar la oración con el ejemplo de los cazarrecompenzas plagados de estereotipos para dar la idea de profundidad y globalización en una obra que no lo necesita. Hay un tenebroso predicador católico, un chamán negro, un robot con sentimientos y una criatura mágica de nacionalidad rusa que puede convertirse en un oso como si fuera un meme de internet. No se ahonda en la relación entre estos más allá de su gusto por el dinero y aparecen en pantalla con justificaciones tan básicas que por momentos no dan ganas de pensar en profundidad porque uno sabe que no hay más trasfondo.
Vaya, toda esta introducción y aún no menciono nada de sus protagonistas: Yasuke y Saki.
Para resumir el tema principal del anime, tengo que decir que Saki es una niña que nació con un poder telequinético que la convierte en el objetivo principal de la malvada Daimio, Hojo, que es un monstruo que ha vivido durante más de 100 años y que comanda al ejército oscuro. Yasuke, un ex samurái, decide ser el guardián de Saki y acompañarla en un viaje para conocer a un médico que le explique qué son sus poderes y cómo sanar los dolores que ella siente al no tener un cuerpo que aguante todo esa fuerza.
La relación entre ellos dos es encantadora. Saki es una niña curiosa que quiere conocer más del pasado de Yasuke y el hombre es una persona cerrada, por distintos motivos, que de a poco va viendo a Saki como una amiga y alguien a quién proteger. Tal como él lo hizo con Nobunaga.
Así parte el periplo de la pareja que debe luchar en contra de los emisarios de Hojo para poder sobrevivir y descubrir una forma de derrotar a la maligna Daimio. No sé cuántas historias así hay en el mundo, pero estoy seguro de que son bastantes.
El camino del Samurái
Ya mencioné parte de la historia real de Yasuke y mis lamentos al ver cómo mataron la evolución de uno de los personajes legendarios de la cultura japonesa, pero también hay que reconocer los intentos de LaSean Thomas de contar el pasado de esta persona. Cosa que, de hecho, hace muy bien.
A lo largo de la serie vemos algunos flashbacks de Yasuke desde el momento en que fue encontrado por Nobunaga, pasando por su entrenamiento para convertirse en un samurái y llegando a tocar los temas de discriminación y odio por sus pares debido a la costumbre de que solo los japoneses pueden tener esos títulos en la era Sengoku.
Los registros muestran que Yasuke, a pesar de su corta edad y nulo conocimiento de las costumbres niponas, sí era alguien culto que podía pensar con claridad y que daba clases de conducta a los señores feudales que criticaban a Oda Nobunaga por tenerlo en su círculo íntimo. El anime hace un buen trabajo representando el recelo de los enemigos y la sabiduría del africano en escenas que ayudan a entender la forma de pensar del actual Yasuke y que sirven como base para su desarrollo en la obra.
¿El problema? La historia original del samurái negro es infinitamente más atractiva que la de los robots y hechiceros. Cada flashback va acompañado de un sentimentalismo que no tienen el resto de las escenas. Pueden durar 10 minutos, pero se siente como si fueran 2. Tienen momentos que de verdad hace preguntar el por qué decidieron crear una trama repleta de tecnología y magia, cuando los hechos reales son suficientes para crear un anime que contenga todas las aristas posibles de una obra maestra. Lo mejor habría sido ser fiel a los escritos de los múltiples libros de Yasuke y dejar de lado el resto. En este caso, sí se puede asegurar que la realidad supera a la ficción.
Y hablando del desarrollo del anime puedo decir que los primeros 3 capítulos se sienten como una buena introducción de lo que está pasando, pero de pronto se torna caótico y los últimos episodios tienen un avance tan rápido que pareciera ser un show de 8 partes que por temas de presupuesto cortaron a 6 y donde tuvieron que hacer caber toda las información en unos pocos minutos.
Esto provoca que aparezcan dudas en torno a la trama. Como por ejemplo: ¿Qué pasó con los aliados de Nobunaga durante los 20 años que siguieron después de su muerte?, ¿cómo es que Saki puede usar tan bien sus habilidades?, la gente de los pueblos está sometida bajo el dominio de la Daimio, pero se ve que tienen vidas normales e incluso hay muchos que son felices, ¿era tan urgente derrotar a Hojo?, hay personajes que mencionan en los primeros capítulos en donde uno espera que tengan una aparición más adelante. Pero eso no sucede y tampoco se explica qué pasó con ellos.
Si algo hay que decir a favor de este anime es que MAPPA hizo un gran trabajo animando secuencias que captan la atención. Tiene buena acción, movimientos fluidos y una fotografía que ayuda a representar la época del Japón Feudal. Lamentablemente, la animación no lo es todo.
Al final, la historia sigue la secuencia cliché de los protagonistas en apuros que deben salvar el mundo, pero no tiene cuidado en cómo se lleva a cabo esta misión.
Una serie que habla tanto del honor de los samuráis debería haber puesto más cuidado en la imagen de uno de sus exponentes más conocidos. Honrar a la figura de Yasuke por lo que fue es mejor que plasmarlo como el héroe de una historia de ciencia ficción. Ese es el verdadero camino del samurái.