Presupuesto a la basura: las grandes producciones de Netflix que fueron canceladas

Netflix está en problemas. Hace un año se veía una disminución en la cantidad de suscriptores debido a su costo y a la aparición de una competencia férrea como lo son los demás servicios de streaming como Amazon Prime Video o Disney+. En 2021 tuvieron una pérdida de 1 millón de usuarios en un trimestre con una baja en sus acciones de un 25%. Pero no se compara a lo que ocurrió esta semana: 200 mil suscriptores menos, pérdida de un 35% del valor en la bolsa, 50 mil millones de dólares menos y una proyección de que perderán, como mínimo, 1 millón más de usuarios en la brevedad. 

Son muchas las razones que llevaron a Netflix a este punto, pero podríamos destacar como uno de los problemas la inversión estratosférica en series que fueron canceladas a la brevedad. Independiente de la razón, cancelar una producción es quemar dinero y Netflix se ha especializado en cortar programas antes de tiempo. A continuación, series de gran presupuesto que recibieron un hachazo por parte de esta empresa de streaming.

Marvel’s The Defenders (2017)

Antes de que Disney lanzara una ofensiva con su servicio de streming, el portal que hacía de hogar para las series de Marvel era Netflix. En este servicio se preocuparon de hacer su propia “Iniciativa Vengadores” en donde produjeron un conjunto de series que podían tener puntos de encuentro en temporadas venideras. Con eso en mente, se lanzaron las series de Daredevil, Jessica Jones, Luke Cage y Iron Fist. Cada una con su protagonista y villano independiente, pero con una historia que de a poco se entrelazaba con las demás, dando pasó a la producción definitiva: The Defenders.

La serie tuvo un presupuesto de 8 millones de dólares por episodio que sumaron una cantidad cercana a los 64 millones de la divisa norteamericana. Una producción que solo se le da a las series que prometen marcar una época, pero la realidad fue muy diferente.

Estudios de audiencia hechos por la agencia Jumpshot dejaban claro que The Defenders no estaba ni cerca de los números esperados. Sólo lograron un 17% de los espectadores que alcanzó la segunda temporada de Daredevil, la que es catalogada como la mejor entre las series de superhéroes de la plataforma. Además, Disney compró los derechos de Marvel, por lo que Netflix se vio forzado a sacar de su catálogo las series que dieron paso a The Defenders, por lo que ya no valía la pena seguir con el proyecto.

House of Cards (2013)

House of Cards es recordada como una de las mejores series de política de la historia. El trabajo de guion que nos introdujo a lo que es el parlamento estadounidense y posteriormente en la Casa Blanca asombraba con cada episodio que se emitía. Buena trama, buenos actores y un excelente protagonista. Netflix tenía la carta ganadora mientras siguieran con esta serie, pero de pronto todo se acabó.

Su protagonista, Kevin Spacey, se vio envuelto en acusaciones de agresiones sexuales en donde quiso explicar su conducta con la confesión de que es homosexual, cosa que no hizo más que agregar leña al fuego. Netflix expulsó a Spacey de cualquier proyecto y le dieron a Robin Wright la tarea de tomar el protagonismo de House of Cards. Una maniobra que no funcionó y terminó por lapidar una serie antes de que tuviera el desenlace que merecía.

Para colmo, cada episodio de esta serie contaba con un presupuesto de 4.5 millones de dólares. En lo que suma una cantidad aproximada de 328 millones en una serie que ya nadie recuerda pese a sus 33 nominaciones en los Emmy.

 The Get Down (2016)

La serie musical tenía como objetivo mostrar el nacimiento del Hip Hop en las calles del Bronx en Nueva York. Es una serie plagada de elementos musicales que nos llevaban a los años 70 y que contaba con la dirección de Baz Luhrmann, director de Moulin Rouge, además de una exorbitante cantidad de dinero que llegó a los 120 millones de dólares por 11 episodios. Generando así la ridícula suma de 11 millones por capítulo. Con todos estos factores, The Get Down debía ser un éxito.

Lamentablemente fue cancelada en su primera temporada. Las razones esgrimidas fueron lo lenta de la producción, que tuvo que completar los 11 episodios programados en dos tandas, el costo que tenía la serie, la que en ese momento era la producción más millonaria de Netflix y la poca atención que tuvo el proyecto, que reunió 3,2 millones de espectadores vs los 12 millones que había logrado Stranger Things. Con esto en mente, los directores de Netflix decidieron detener todo y aceptar que la serie nunca sería lo que imaginaron. 

 Sense8 (2015)

Sense8 pudo haber sido uno de los buques insignia de Netflix, pero en este caso vale recordar el dicho de “quién mucho abarca, poco aprieta”.

La serie trataba de distintas personas que estaban conectadas mentalmente por algún elemento sobrenatural que permitía que cada uno de los 8 personajes principales pudiera “sentir” al otro pese a estar a miles de kilómetros de distancia. En este trance son capaces de tener una conversación interna con la otra persona e incluso pueden copiar habilidades de su compañero para superar adversidades. Un concepto interesante que lamentablemente no se pudo seguir explotando.

¿La razón? La producción debía grabar en distintas partes del mundo para mantener la esencia de la serie y el alto costo en la producción de cada episodio, que rodeaba los 9 millones de dólares, hacía imposible seguir con el proyecto debido a que no se recuperaba la inversión. 

Marco Polo (2014)

Serie que relata las aventuras del histórico explorador conocido como Marco Polo mientras trabajaba bajo el alero de Kublain Kan, quinto Kan del Imperio Mongol, en lo que es la Ruta de la Seda. Su viaje se centraba en la búsqueda por materiales preciosos y tesoros.

Se transformó en la primera gran producción de Netflix, costando alrededor de 10 millones de dólares por episodio debido a los gastos que significan grabar en distintas partes del mundo, el maquillaje, ropa y construcción de escenario. Marco Polo estaba destinada a ser reconocida por todos como una serie de gran relevancia.

Pero no fue así. El show no logró cautivar a la audiencia y Netflix se vio en la obligación de cancelarla debido a las pérdidas monetarias que estaban sufriendo. Se calcula que perdieron cerca de 200 millones con esta serie y no hay productor en el mundo que logre avanzar en un proyecto con tal cantidad de déficit. 

Cowboy Bebop (2021)

Serie Live Action del anime original Cowboy Bebop que relata las aventuras de un grupo de mercenarios que viajan por el espacio localizando bandidos para capturarlos y cobrar la recompensa. Esta serie fue, en todo sentido, una de las más controversiales de los últimos años debido a la gente que estaba en contra del proyecto, a la elección de actores para los papeles protagónicos y al posible daño que se le haría al legado del anime, el que es catalogado como uno de los mejores de la historia. 

La serie tuvo un mejor debut del esperado. Aunque claro, todos esperaban algo desastroso. En cambio se vio una serie que adaptó bien muchos elementos del anime, pero que seguía siendo floja en varios aspectos de guion. No fue el fracaso que los fans temían, pero tampoco una serie que valiera la pena seguir.

Esa noticia no cayó bien en el directorio de Netflix ya que estaban convencidos de que el reboot sería una éxito total, razón por la cual preparaban una segunda temporada. Cancelaron el proyecto apenas un mes después del estreno y enviaron a la basura los 4 años de producción junto con la inversión de 7 millones de dólares por episodio. 

Quizás podrían haber esperado más y haber modificado aspectos más adelante. Quién sabe. Lo único certero es que, hagas lo que hagas, el anime de Cowboy Bebop es insuperable.

Jupiter’s Legacy (2021)

Era una de las grandes apuestas de Netflix para entrar con todo en el boom de las series de superhéroes. Compraron los derechos de los comics de Mark Millar, el “Millarworld” y se prepararon para producir lo que debía ser uno de sus pilares en el futuro.

Jupiter’s Legacy relata los hechos desde el nacimiento de los superhéroes en 1900 hasta la transición a la nueva generación en lo que sería un show que tendría acción, drama familiar y misterio en un solo paquete. Sin embargo, los problemas de esta serie partieron incluso antes del estreno.

En la producción, el showrunner del proyecto, Steven DeKnight, había pedido un presupuesto inicial de 12 millones de dólares por episodio, lo que generaría el primer conflicto con Netflix ya que solo le entregaron 9 millones por capítulo. Con el pasar del tiempo, DeKnight comenzó a sobrepasar el presupuesto inicial e incluso superaba lo que pidió en un principio, por lo que Netflix lo sacó de su cargo y puso a Sang Kyu Kim en su puesto.

Kim trabajó sobre lo que ya había grabado DeKnight, pero no logró bajar el coste por episodio y la producción empezó a dejar cosas de lado para poder terminar la serie sin tener que hipotecar más de lo que tenían.

Finalmente se calcula que el costo en postproducción fue de 200 millones de dólares para una serie que fracasó en su primera temporada. El proyecto fue cancelado a un mes del estreno y Netflix se quedó con la dura lección de que no se puede competir contra Marvel si no tienen el dinero suficiente.

 

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